miércoles, 14 de septiembre de 2016

Miércoles, 14 de Septiembre, 2016

Tengo la terrible pena. Me carga. Odio la pena. Aunque debo ser sincera, hoy en la mañana nombré ante la mayor testigo, la Coni, que el peor sentimiento de la vida era el sueño. No sé, es demasiado difícil elegir entre peores y favoritos en mi cabeza. Anyways, tengo pena. La tengo como si siempre hubiese estado ahí pero hoy en particular la sucesión de acontecimientos hicieron que explotara de una vez. Para mí por lo menos hay hartos tipos de pena; puede ser de la filosófica, esa que te acompaña con todo lo que haces a diario, como escondida, como detrás, y no alcanza a evitar que cumplas ninguna de tus funciones pero las hace más amargas, por que te preguntas por qué haces lo que haces, por qué estás aquí y por qué tienes que hacer lo que tienes que hacer. La otra es más dea, la pena personal, esa que te pasa por que te tocaron cosas feas en la vida como a todos, y te tocó ser así de sensible, y por que todo te afecta, y tienes un problema sin solución, la cual buscas sin querer seguir buscando, por que sabes que no existe, pero tu felicidad momentánea depende de encontrar la solución, y sabes que luego pasará, que este tipo de pena es por tu propio bien, lo viste venir, y era inevitable, pero aún así la pena es pena. Y hay más, pero hoy toca de la última.
Creo que ya cacharon que me pongo re bélica, en la más profunda de las profundas, para mis diecisiete primaveras. Quizá sea que me gusta demasiado tratar de hacer las cosas bien. Veo los errores de otras personas en todas partes y me repito para mí misma desde muy pequeña, "yo no lo haré así, a mí me resultará por que lo pensaré y lo haré muy bien". Y al final pensarlo e intentar hacerlo de la mejor manera no sirve en casi ninguno de los casos, cuando los sentimientos están involucrados. Fuck, ni siquiera puedo identificar bien cuáles son mis sentimientos, de tanto que los pienso. Pasa que tengo que terminar con el J. Sí, tengo que hacerlo, aunque no quiera, aunque me haga mucho reír y me encanten sus besitos, y me encante él, todo él. Tengo que hacerlo por una cuestión de amor propio. Amor propio que no está en mí, amor propio que me falta, pero que no soy tan tonta como para dejar de lado. Durante nuestra relación ,por sobre todo, intentamos no cegarnos por el "enamoramiento" muy común hoy en los adolescentes, intentamos ver la gran foto y mantener los ojos abiertos en el sentido de que hay cosas que tenemos que tener en cuenta: lo más probable es que no estaremos juntos para siempre, no nos casaremos ni tendremos hijos juntos, es más, si me voy a santiago lo más probable es que dejemos de existir el uno para el otro luego de tres meses, que aún somos personas individuales, tenemos vidas aparte, hay cosas que debemos hacer solos, y nuestros propios derechos tienen que ser muchas veces priorizados al de nuestra pareja por que cada cual se cuida como puede, y no tenemos por qué sufrir y pasarnos a llevar por el otro por que es "parte de amar".
Y es esa ultima parte la que me hizo mierda. Por que, aunque lo sospechaba y me dejaba engañar por el gusto y por que se sentía rico creerle, el J no me quiere tanto como lo quiero yo. Quizá me quiere un poco, quizá haría algunas cosas por mí. Pero yo, uf, yo lo daría todo, todo lo racionalmente posible, para que el sea feliz, para pasarla bien juntos. Quería estar siempre ahí para él cuando me necesitara, pero él mismo no me dejaba, y yo no me arrastraba por mi propio bien, No me dejaba, seguro, por que no me quería tanto, por que no creía en mi fuerza, o no sé, no sé lo que creía, no sé siquiera si alguna vez en su vida quererá a alguien como yo lo estoy queriendo, no sé si es capaz, no sé si es así por que es hombre, aunque qué sexista pensarlo, pero al final es así, los hombres suelen ser menos atentos, menos avispaos, menos amantes. La cosa es que él no piensa en mí tanto como yo pienso en él, y no me necesita tanto como yo lo necesito, yo soy una cosa extra en su vida, un momento rico, y el para mí es lo básico, lo mínimo para vivir, ¿se entiende?
Y se que se me va a pasar, aunque no me quedo tranquila. Sé que en unos meses más, tarde o temprano, me reiré de esto, qué niño más tonto que me hizo perder el tiempo, nunca fuimos el uno para el otro, puro webeo, puras niñerías, lo que pasa es que estaba aburrida, eso es lo que tenía, menos mal lo corté al tiro y me dediqué a los estudios. Pero obvio, ahora en este momento parece como que no hay nada mejor que lo que teníamos, y quién sabe qué pensaré cuando me canse de estar sola, qué miedo, qué patetica, dependo de este weon, y es lo que más quise evitar, pero no es tan fácil, no, no.
Quizá incluso no estoy tan triste por que hay una esperanza, de que en el momento que le pegue el chute el J me pelee, me convenza de que todo lo que pienso son puros rollos, puras inseguridades, y que enrealidad podemos superarlo, y ahí mi auto respeto y mis convicciones nunca existieron o si existieron eran de mismísimo cartón, y me voy a entregar, na que hacer, la tengo clarita como el agua, por que le creo a la gente, siempre le creo a la gente, siempre pienso, por qué no, gano más que pierdo, después me preocupo de los problemas, de cuando no me habla en todo el día, ni por los wasaps un mensajito, o cuando tengo que rogarle pa que me venga a ver, o de todas las cosas que le son indiferentes, o de cómo me juzga cuando hago show, como si no tubiera razón para hacerlo, asi que si lo analizo, de verdad que me conviene que no me pelee, pero daría lo que fuera por que lo haga.